Perdonar lo imperdonable
- Mari Sh
- 2 oct
- 1 Min. de lectura
Nunca imaginé que después de tantos años juntos, después de todo lo que habíamos compartido, llegaría a vivir una traición así.
No lo vi venir. Ni siquiera me pasaba por la cabeza la idea de que pudieras romper algo que parecía tan sólido. Y sin embargo, pasó.
Decidí perdonar. Quizá porque me daba más miedo perderte que enfrentarme a lo que habías hecho. Quizá porque pensé que el amor era más fuerte que cualquier herida. Quizá porque no quería tirar por la borda toda una historia.
Pero lo que nunca me contaron es que el perdón no borra las preguntas.Que aunque intentes recomponer los pedazos, siempre queda esa voz dentro que susurra:
¿por qué?
¿Por qué no fui suficiente?
¿Por qué elegiste herirme?
¿Por qué después de tanto, decidiste traicionar lo que éramos?
Y aunque la vida siguió, aunque aprendí a poner parches sobre la herida, esa pregunta sigue ahí. Inquieta, dolorosa, insistente. Porque hay cosas que no se entienden, por más que uno se esfuerce.
Hoy sé que perdonar no siempre significa olvidar, ni volver a confiar como antes. A veces perdonar es solo una forma de sobrevivir al golpe, de intentar seguir, aun con la certeza de que algo se rompió para siempre.
Quizá la verdadera pregunta ya no sea por qué lo hiciste, sino hasta cuándo quiero seguir sosteniendo lo que duele.






Comentarios