Sentirte sola estando rodeada de gente

Hay momentos en los que estás rodeada de gente, pero por dentro sientes un vacío enorme. Ríes, hablas, participas… pero en realidad te pesa el silencio interior. Como si hubiera un muro invisible entre lo que muestras y lo que realmente estás sintiendo.

La soledad no siempre es estar físicamente sola. A veces es estar en una mesa llena de voces y no sentirte escuchada. Es compartir espacio sin compartir de verdad el corazón. Es tener personas alrededor pero sentir que nadie está realmente contigo.

Esa sensación es dura, porque te hace cuestionar si eres tú quien no encaja, si estás pidiendo demasiado, si tu forma de sentir es demasiado intensa. Y en medio de todo ese ruido, la soledad se vuelve más evidente.

Pero también pienso que esa soledad habla de una necesidad profunda: de vínculos reales, de conversaciones sinceras, de abrazos que se sienten de verdad. Habla de un anhelo de estar con personas que vean más allá de lo que aparentas, que te reconozcan incluso en tu silencio.

Sentirse sola rodeada de gente duele. Pero también te recuerda que mereces mucho más que presencia física: mereces compañía de verdad.