Sentirte un estorbo
- Mari Sh
- 6 oct
- 1 Min. de lectura
Hay días en los que no es solo tristeza o cansancio. Hay días en los que te sientes un estorbo. Como si todo lo que haces molestara. Como si estuvieras ocupando un lugar que no te corresponde. Como si tu sola presencia pesara.
Es un sentimiento silencioso, casi vergonzoso, que te hace pedir perdón por existir, por hablar, por necesitar algo. Te encoge, te hace más pequeño, te hace dudar de si realmente alguien quiere que estés ahí.
Y duele porque no es que quieras desaparecer, es que quisieras dejar de sentir que incomodas. Quisieras creer que tu existencia no es una carga para nadie, ni para ti misma.
A veces este sentimiento no tiene nada que ver con la realidad, sino con heridas antiguas, con experiencias que te hicieron sentir que sobrabas. Se te queda grabado y aparece justo cuando menos lo necesitas.
Lo que yo he ido aprendiendo —aunque me cueste recordarlo— es que sentirte un estorbo no significa que lo seas. Significa que estás herida, que estás agotada, que hay algo dentro que pide ser mirado con más cariño.
Aunque hoy no puedas creerlo, no sobras. Tu presencia importa. Y tu valor no se mide por lo que das, sino por quién eres.






Comentarios