Una mezcla rara de miedo y ganas
- Mari Sh
- 25 sept
- 1 Min. de lectura
A veces sentir es como tener dos voces dentro de ti, discutiendo sin parar. Una te dice: “lánzate, ¿qué puede salir mal?”. Y la otra te agarra fuerte del brazo, susurrando: “cuidado, no vayas a romperte otra vez”.
Y te quedas ahí, en medio. Con esa mezcla rara de miedo y ganas. Con la adrenalina de querer saltar y la cautela de querer protegerte. Como si fueras tu propio freno y tu propio impulso a la vez.
Creo que esa dualidad aparece justo en los momentos que importan. Porque si no te importara, no tendrías miedo. Y si no valiera la pena, no tendrías ganas.
Al final, quizá no se trata de silenciar ninguna de las dos voces, sino de aprender a escucharlas y avanzar igual, con miedo y con ganas, porque las dos forman parte del mismo camino.






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